El compañero perfecto de un francotirador político
Yace en lo alto de
un edificio un francotirador, imperceptible, quieto y callado, esperando su
momento. Este soldado cuenta con un rifle y una potente mira telescópica de
alta precisión. Pero no se encuentra solo, junto a él se encuentra un spotter, la
pareja perfecta de un sniper. El compañero analiza la velocidad y dirección del
viento, así el francotirador se dedica enteramente a la concentración del
apunte y disparo del arma, dejándole al observador (spotter) la labor de
cálculo y corrección.
De pronto ambos
visualizan el objetivo, que se encuentra a un kilómetro de distancia. A lo
lejos ondea una bandera, misma que fue colocada por el francotirador, la cual
le indica al spotter la velocidad y dirección del viento. Y luego dan la señal,
el francotirador escucha atentamente las indicaciones de su compañero sin dejar
de prestar atención a su objetivo. Una vez que tiene toda la información
necesaria apunta y dispara…
La misión ha sido un éxito.
Si imagináramos esta misma historia pero sin la presencia de un spotter,
tal vez el francotirador fallaría en el primer intento y quizás unos milímetros
de diferencia le costarían toda la misión.
El papel que juega una persona cuya función es
proveer información para precisar el ataque en cualquier tipo de misión es de
suma importancia.
Imaginemos ahora a un político cuyo objetivo son
los votos. El político está equipado con discursos, eventos, promotores de
puerta en puerta, carteles, lonas impresas y muchos otros tipos de propaganda
política. Y ¿cómo dirige sus acciones de campaña? Muchas de las veces el
político no cuenta con un spotter, o en este caso un asesor político. Y es
cuando todos esos esfuerzos de campaña son apuntados en una dirección equivocada.
En el caso de un francotirador el viento es la
razón de que su disparo se desvié, en lugar de intentar luchar contra el viento
el francotirador utiliza su fuerza para hacer llegar la bala al objetivo. Por
otra parte, en el caso del político es la opinión pública la que determina
hacia donde “fluye” la intención de voto de los electores.
El asesor político apoya al candidato para el
correcto apunte y corrección de sus estrategias y tácticas de campaña en
función de la opinión pública. Las encuestas, entrevistas, los grupos focales y
el análisis de las redes sociales representan algunas de las herramientas que
sirven para medir, conocer y comprender la opinión pública.
Un político que no
cuenta con un compañero de fórmula que le ayude a entender hacia donde “sopla
el viento” tiene altas probabilidades de equivocarse en sus acciones, en una
campaña donde unos pocos votos pueden hacer la diferencia.
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