Los nuevos políticos contra los viejos políticos

Imagínate una pelea entre un samurái y un soldado moderno. ¿Sabes cuál será el final? Algo muy parecido a lo que te imaginaste sucedió durante la primera década de la era de modernización de Japón, conocida como la era Meiji, durante la cual se llevaron a cabo múltiples ataques contra el nuevo gobierno por parte de ex-samuráis, personas que habían servido al emperador y que no estaban de acuerdo con la modernización del país. El último y más importante de dichos ataques fue el conocido como “la rebelión de Satsuma”, que significó prácticamente la desaparición de los samuráis en un país que, debido a los rápidos cambios culturales y políticos que sufría, ya no tenía cabida para ellos en la nueva sociedad, dando origen a la historia del “Último Samurái”. Una historia trágica que termina con la muerte del último miembro de la rebelión Samuráis corriendo en dirección una ráfaga de ametralladoras Gatling siendo acribillado brutalmente.


Ahora imagínate a un político antiguo contra un político moderno. ¿Te lo puedes imaginar?, no tengo una historia que pueda contarte aún para ilustrar lo que te has imaginado pero seguramente estás pensando en que el político moderno tiene mayores posibilidades de ganar; y te aseguro que no te equivocas. Los políticos antiguos están equipados con discursos que buscan convencer al electorado de una razón que nace de la forma de pensar del mismo político y no discursos que se sincronicen con la forma de pensar de los electores y que permitan el dialogo y la opinión del pueblo, sus estrategias para hacer llegar los mensajes son más un proceso de información que un proceso de comunicación. Además, ven a las encuestas como propaganda electoral y no como una herramienta de planeación y control. Los políticos antiguos creen que si los medios de comunicación están de su lado tienen más posibilidades de ganar, no los ven como lo que en realidad son, herramientas que pueden utilizar para hacer llegar a sus mensajes a grupos de electores determinados. Los políticos antiguos creen que las redes sociales son espacios que pueden usar como periódico mural para que cualquiera consulte su actividades y agenda diaria, no consideran que a través de los medios electrónicos pueden crear redes sociales físicas, existentes, estructura que opere políticamente para ellos. Los políticos antiguos no prestan atención a los detalles, como el diseño profesional de un logotipo, una fotografía, un spot de radio y televisión o un contenido para redes sociales. Los políticos antiguos creen que no les falta por conocer nada acerca de política, los nuevos políticos aprenden algo nuevo cada día.

¿Y tú, de cual clase de político eres? Del que corre hacia la ametralladora o del que dispara
la ráfaga.

Christian Perales
peralesja@hotmail.com
Facebook y twitter: peralesja

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