5 hábitos que matan a un equipo de trabajo en un Gobierno.
Había
tres bueyes que siempre pastaban juntos.
Un
león que merodeaba por el lugar quería devorarlos, pero sabía que contra los
tres no podía luchar.
Utilizando
su astucia, los incitó para que se pelearan entre ellos. Al no estar ya unidos,
los pudo devorar tranquilamente uno a uno.
Un equipo dividido es fácil de
vencer, es la enseñanza que nos deja esta breve fabula del gran Esopo.
En política, la vida diaria y sobre
todo en el equipo de trabajo de un Gobierno, muchas de las veces la división
comienza desde dentro, las influencias externas existen pero se valen de las
debilidades internas para prosperar en el objetivo de la división del equipo.
5 hábitos que matan a un equipo de
trabajo en un gobierno:
1.
Manzanas envenenadas.
Al
igual que en todos los trabajos, el que se realiza en un Gobierno tiene sus beneficios
y responsabilidades. En primer lugar, se necesita disponibilidad de horario,
suma disponibilidad de horario, porque los problemas en un Gobierno existen
todos los días a todas horas. En segundo lugar, los funcionarios públicos
cuentan con una responsabilidad legal y administrativa que si descuidan podría
traer consecuencias incluso penales para sus vidas. Este riesgo aumenta el
grado de estrés que experimenta un empleado, ya que si el funcionario no sabe
desempeñar el puesto, sufrirá consecuencias legales por los errores u omisiones
que llegue a cometer. En este contexto, muchas de las veces, en un Gobierno, es
fácil juzgar los puestos laborales de los compañeros de trabajo, alegando que
tal o cual tienen mayor o menor responsabilidad administrativa o legal, o bien,
que aquel o este tienen más privilegios. Sin embargo, nunca nos detenemos a
analizar que los compañeros de trabajo junto con nosotros, somos como las
piezas de un reloj, algunos son manecillas que el usuario puede ver, otros son
la pila del reloj que hace que funcione, otros son engranes, resortes, carcaza,
correas o pernos, todos desempañando una función diferente pero todos juntos
logramos dar la hora exacta al usuario. Es fácil ver lo malo en el puesto
propio y es fácil envidiar lo bueno de los puestos ajenos, este hábito sin duda
alguna es de los principales que carcomen y matan al equipo.
2.
Vampiros energéticos.
El trabajo más difícil es el de
gobernar, por una sola razón: tratas con muchas personas y trabajas para miles
de personas, lo que hace imposible complacerlas a todas. Sin embargo, en
algunas ocasiones, los miembros del equipo manifiestan actitudes y comportamientos
que roban la energía de los demás. La presencia de ánimo es lo único que puede
sacarte adelante frente a la gran carga de trabajo, frente a problemas
realmente importantes y frente a todo aquello que te agobia, tu presencia de ánimo
es lo único que hará que tu mente se mantenga sana y concentrada, pero cuando
tu energía es robada poco a poco por las actitudes como la flojera, el
fatalismo, la aprensión, entre otras que se manifiestan sutilmente a través de
la mirada, el saludo descortés, los comentarios sarcásticos y sobre todo en el
lenguaje no verbal, son conductas que roban la presencia de ánimo de los
miembros del equipo y cuando ya no queda una sola gota de energía positiva, los
vampiros energéticos han propiciado un ambiente perfecto para la división.
3.
Sueños rotos.
Embriagados por una victoria
electoral, los primeros meses de Gobierno son la luna de miel para el equipo. Al
principio, todos se sienten motivados, enérgicos y con ganas de trabajar.
Inconveniente, conforme trascurre el tiempo, ese estado de euforia tiende a
mermarse y a convertirse en lo opuesto, el equipo experimenta una asimilación de la realidad, en la que
muchas de las veces al no ver la totalidad de las expectativas cumplidas, el
equipo comienza a deprimirse, como cuando el corazón se “rompe” por un desamor.
Este estado es el ideal para que las influencias externas que persiguen la
división del equipo proliferen y logren su objetivo. El hábito del que se trata
en este punto es aquel que consiste en abandonar los objetivos iniciales por
parte de todos o algunos integrantes del equipo, lo que hará que no se cumplan las
expectativas y por coincidente que los sueños se rompan.
4.
Papa caliente.
El juego de la papa caliente consiste
en pasar una pelota u objeto solido que simboliza una papa caliente en donde pierde
quien se quede con la “papa” cuando el temporizador, que es controlado por un
ajeno al grupo de los jugadores, termina en cada turno. Este “juego” convertido
en habito dentro de un equipo, evita que los integrantes asuman su
responsabilidad y en cambio, cuando algo sale mal, busquen culpables. Un hábito
que por naturaleza propicia una guerra interna y por supuesto la división del
equipo. Asumir responsabilidad es el hábito opuesto al “juego de la papa
caliente”, un hábito que consiste en hacer lo que a cada uno le corresponde en
el momento en que le corresponde, un hábito que requiere mucha disciplina,
organización y sobre todo comunicación.
5.
Cangrejos mexicanos.
La fábula de los cangrejos mexicanos, una triste descripción social que
nosotros mismos hemos aceptado como real para los mexicanos. En un mercado los
cangrejos de origen mexicano son los únicos que se encuentran en un recipiente
sin tapa, dado que el vendedor de cangrejos sabe que no podrán escapar ya que
si uno logra llegar a la sima del balde, los demás se encargarán de jalarlo y
volverlo al lugar en donde estaba. Este hábito es uno de los más dañinos para
los equipos de trabajo. La envidia, un sentimiento natural en todos los seres
humanos, que mal canalizado propiciará un ambiente hostil en donde aquellos que
sobresalen son castigados y atacados en lugar de premiados y reconocidos por el
hábito de los cangrejos mexicanos; y que sin duda alguna dicho ataque provocará
la división del equipo.
Estos
son los 5 hábitos que matan a un equipo de trabajo, no solo en un Gobierno sino
en todos los ámbitos. 5 hábitos que debes evitar, 5 hábitos que debes saber
detectar y corregir si eres tú el que está en el grupo. Pero si eres el león
que casa a los bueyes, ahora sabes cómo es que debes dividirlos.
Escrito por:
Christian Perales
Redes sociales: peralesja
Publicado en: www.estrategma.com
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