El presidente sentado en un barril de polvora.

En la antigua China existió un Emperador, el cual ocupaba un lugar de gran poder, era llamado el Gran Emperador, vivía con lujos, tenía la capacidad de cumplir todos sus deseos, podía adquirir lo que quisiera, tenía más poder que ningún otro. Tanto poder que ni siquiera él podía creer que la voluntad de los hombres le pertenecía. Él era el único que sabía cómo fabricar la pólvora. El polvo negro le daba al Gran Emperador la ventaja sobre las demás naciones, la pólvora hacía que su ejército fuera el más poderoso. El Gran Emperador, sabía que si su secreto caía en manos de sus enemigos perdería todo su poder; fue así, que decidió construir una fortaleza donde producía y almacenaba toda la pólvora. El Gran Emperador desconfiaba mucho de todos, desconfiaba tanto, que decidió custodiar la fortaleza el mismo. No pasó mucho tiempo para que los enemigos del Gran Emperador supieran donde estaba resguardada la fórmula que los llevaría hasta el poder.



Una noche, comenzaron a llover flechas de fuego a la fortaleza, el Gran Emperador gritaba al ejército, que creyó custodiaba la fortaleza desde afuera como él lo había ordenado. Sin embargo, no hubo respuesta, el Emperador, se encontraba solo, sus soldados se habían marcharon hace ya varios días, pues sabían el riesgo que corrían si toda esa pólvora era encendida, como el Emperador no podía ver qué pasaba afuera nunca se percató que se había quedado solo. Muchas de las flechas de fuego caían sobre el techo, unas comenzaban a pasar cerca de las pequeñas ventanas de ventilación, el Gran Emperador, desesperado se escondió detrás de un barril de pólvora el cual fue alcanzado por una de las flechas. La fortaleza voló en mil pedazos, junto con todo lo que alguna vez había significado para las naciones aquel Gran Emperador. 

Ascender al poder, es como sentarse en un gran barril de pólvora, tus enemigos buscarán quitártelo, y lanzarán flechas de fuego a través de los periódicos, la radio, la televisión, las redes sociales, los eventos públicos y todos los medios de comunicación que se les ocurran. Organizarán un ataque tras otro, hasta que logren que ese barril de pólvora, sobre el que estás sentado, ¡explote!

No cometas los mismos errores del Gran Emperador: 

1. El poder no se encuentra dentro de tu palacio, ni en tus cuentas bancarias, el poder nunca lo vas a encontrar en algo material. El verdadero poder nace del liderazgo que ejerces día a día; y el liderazgo parte siempre de una idea que fascina al resto. 

2. Confía en que los demás pueden hacer el trabajo, incluso mejor que tú. No cometas el error de querer hacerlo todo tu. Confía en tu ejército. 

3. No te aísles dentro de una fortaleza, ahí no estarás seguro. Debes convivir con tu ejército, saber que piensan y opinan, escúchales tal vez tengan mejor ideas que las tuyas. 

No pierdas de vista a tus enemigos, recuerda que eres tú el que está sentado en el barril de pólvora, una sola flecha que dé en el blanco puede terminar con todo.


Escrito por:
Christian Perales
peralesja@hotmail.com
Facebook y twitter: peralesja

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